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Ruta de los Omeyas. 

 

A través de la Ruta de los Omeyas se pretende profundizar en la estrecha relación humana, cultural, artística y científica entre Oriente y Occidente, así como en la forma en que se transmitió el legado greco-romano a Europa a través de al-Andalus. Esta ruta sigue el recorrido que los Omeyas hicieron hasta alcanzar Europa y la Península Ibérica, lo que configuró un canal de transmisión del conocimiento que ilustra a la perfección la estrecha colaboración entre los dos extremos del Medi­terráneo. De estos múltiples contactos, caben destacar aquellos hechos que han sobrevivido a los vaivenes de la historia y que constituyen un trasfondo cultural y artístico y un legado comunes. Esta es la razón de ser de esta ruta. A través de ella se pretenden establecer lazos que fortalezcan las relaciones entre los diferentes pueblos que la integran, unidos todos ellos por un pasado compartido.

La Ruta de los Omeyas rememora parte del viaje que la dinastía fundada por Muawiya ibn Abi Sufian realizó desde su capital, Damasco, y su expansión por las orillas del Mediterráneo hasta llegar a la Península Ibérica. La ruta, por tanto, tiene su inicio en Oriente Próximo, y discurre por el Norte de África a lo largo de las costas mediterráneas. Sigue la senda por la que la civilización árabe llegó hasta Europa, dando origen a al-Andalus, donde la civilización hispano-musulmana floreció durante varios siglos. La ruta comienza en su parte más oriental en Jordania y el Líbano, y atraviesa Egipto y Túnez, con escala en Sicilia, hasta finalizar en la Península Ibérica (España y Portugal).

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